Calibre .45 ACP, ese viejo conocido

 

Calibre .45 ACP, ese viejo conocido

Calibre .45 vs 9mm

Calibre .45 vs 9mm

Cuando comencé a pensar como encararía esta nota trate de imaginarme que es lo que debería hacer para que no sea evidente mi predilección y mi fanatismo por este calibre. Decidí que no tenía sentido ocultar mi posición con respecto a este cartucho, tratando dentro de lo posible, de ser lo más objetivo. Como es mi estilo, repasaré sucintamente la historia, las características y prestaciones, tratando de que sea de utilidad para quien gusta de conocer la historia de lo que tiene entre manos.

 

Reseña Histórica

Se puede decir que en la historia de las armas hay un antes y un después de John Moses Browning. Él es el creador de este viejo cartucho. En los primeros años del siglo XX Browning percibe la necesidad del ejercito de su país, los Estados Unidos, de contar con un cartucho para sus armas cortas que cumpla su cometido de forma eficaz, a diferencia del hasta ese momento calibre reglamentario en la fuerza; el .38 Long Colt.

Es la época en que sus creaciones en armas cortas están en plena evolución, presenta una pistola semiautomática, conocida como el modelo 1905, junto con su munición correspondiente; una punta de calibre .45 y de 200 grains de peso, con una velocidad inicial de unos 274 m/s.

La pistola Modelo 1905 fue la predecesora directa del Modelo 1911 con una producción total de 6.100 unidades entre 1905 y 1911

La pistola Modelo 1905 fue la predecesora directa del Modelo 1911 con una producción total de 6.100 unidades entre 1905 y 1911

Esta arma fue rechazada, debido a la carencia de seguros manuales y probablemente también por cierto conservadurismo propio de todos los ejércitos de la época que se resistían a cambiar el viejo y probado revolver por estas «nuevas» pistolas.

En 1909 se encomienda al General John T. Thompson un estudio para determinar cuál sería el calibre ideal de arma corta para dotar al ejército americano. Luego de realizar las pruebas con la tecnología disponible para la época, la comisión presidida por Thompson, recomienda la adopción de cartuchería con una punta calibre .45, pesada y de velocidad moderada, como el ideal para el soldado. El cartucho presentado por Browning 4 años antes es considerado nuevamente por él ejercito, recomendando el uso de una punta más pesada (¿sería tal vez para tratar de igualar la performance del .45 Long Colt?) a lo que Browning responde presentando al cartucho con una punta de 230 grains de peso animado de una velocidad de 259 m/s.

Junto a este rediseño, Browning puso en consideración de los militares una nueva pistola, evolución de su modelo de 1905 la que ahora sí, fue aceptada formalmente por el ejército y que definitivamente estuvo en servicio hasta el año 1985. El sistema de armas cuya producción masiva encaro la Colt, se denominó Government Model 1911.

Pistola semiautomática Colt modelo 1911-A1

Pistola semiautomática Colt modelo 1911-A1

El .45 ACP (Automatic Colt Pistol) y la pistola que lo dispara, sirvieron juntos en la Primera Guerra Mundial en las manos de los soldados estadounidenses a partir de 1917. Debido a la imposibilidad de Colt y otras fabricas como la Remington de satisfacer la demanda de pistolas, tanto Smith & Wesson y la misma Colt fabricaron revólveres para el calibre, los cuales tenían la particularidad de utilizar insertos de chapa en forma de medialuna en la parte posterior de los tambores, los que oficiaban de reten del cartucho sin reborde complementando al extractor manual. Como dato curioso, en 1922, para satisfacer a los usuarios civiles de estos revólveres que los adquirieron como sobrante de guerra, la Remington saca al mercado una versión del .45 dotada de reborde, llamada .45 Auto Rim, anulando uso de las medialunas originales, tarea que resultaba bastante engorrosa.

Sobre el final de la Gran Guerra y en los años siguientes, un grupo de diseñadores liderados por el General Thompson (el mismo que recomendó el calibre .45 en 1909), producen los primeros modelos de lo que sería uno de los subfusiles de primera generación más conocidos a nivel mundial, el que lleva su nombre. Después de descartar a calibres de fusil para usar en su arma, adopta al .45.

M1A1 Thompson Submachine Gun (SMG). Arma y calibre se hicieron famosos de la mano tanto del crimen organizado como de las fuerzas de la ley de aquella época.

M1A1 Thompson Submachine Gun (SMG). Arma y calibre se hicieron famosos de la mano tanto del crimen organizado como de las fuerzas de la ley de aquella época.

La foto muestra soldado americano con una Colt M1911 durante la Segunda Guerra Mundial.

La foto muestra soldado americano con una Colt M1911 durante la Segunda Guerra Mundial.

La Segunda Guerra Mundial encontró al .45 y a la Colt 1911 como los fieles acompañantes de las fuerzas Norteamericanas. También se equipó tanto a los americanos como ingleses con el Thompson .45. Estos dos sistemas y su calibre continuaron sirviendo en las fuerzas armadas norteamericanas en los posteriores conflictos de Corea y Vietnam.

Ya en el año 75, el Teniente Coronel Jeff Cooper planta las primeras semillas de lo que luego se conocerá en todo el mundo como Tiro Practico o IPSC, y para tal fin utiliza el arma de dotación del ejército, es decir la Colt 1911 y su cartucho, el .45 ACP.

cargadores para calibre .45 ACP y 9 mm

Como final a esta reseña quisiera destacar un hecho, que si bien es ajeno a cualquier atributo propio del calibre, ha contribuido a mantener al mismo vigente. Me refiero a la prohibición por parte de las autoridades de turno de los Estados Unidos de que los civiles utilicen armas de puño con una capacidad mayor a 10 cartuchos en sus almacenes.

Esto ha hecho que las fabricas pongan en el mercado armas para el .45 de similar capacidad de munición que un 9mm con el mismo tamaño, equiparándose entonces el volumen de fuego que pueden generar, con la ventaja de disparar puntas mucho más contundentes.

 Prestaciones

Como latinos que somos, muchas veces dejamos que la pasión se imponga a la razón. Esta pasión, alimentada por películas de acción, nos hace atribuirle al calibre propiedades que no tiene. Escuchar afirmaciones tales como que si le pegamos un tiro a alguien con este calibre, aunque sea en la mano, lo mandamos un metro para atrás; o que lo mejor para parar un coche es tirarle al bloque del motor, son afirmaciones más propias de tribuna de un partido de fútbol que de balística de efectos.

La tendencia actual en materia de cartuchería es la de crear munición con puntas livianas que viajen a velocidades lo más altas posible. Pues bien, el .45 basa su funcionamiento en el principio opuesto; “Una punta pesada y de gran densidad seccional y una modesta velocidad.”

Sobre cuál de las dos tendencias es la mejor en armas diseñadas para uso militar o para defensa, bueno, ese es un buen tema para discutir en el polígono, y no es motivo de esta nota.

Las cualidades del .45 para ser calibre de dotación en fuerzas armadas están más que probadas por el uso del mismo durante más de setenta años en la mayor potencia militar del planeta, además de muchas otras naciones, y la participación en prácticamente todos los grandes conflictos bélicos del siglo pasado. Como calibre cuyo principal uso está destinado a pistolas, ha demostrado que fue perfectamente diseñado para la defensa militar, pero hay que tener en cuenta que la función de la pistola en el ámbito militar no es la de un arma ofensiva de largo alcance, así que no se necesita con exclusividad que la trayectoria de los proyectiles sea demasiado tendida, situando al radio máximo de acción de este tipo de armas en el orden de los 40/50 metros. El .45 cumple eficazmente con estos parámetros.

Los puntos en contra que tiene, comparado con otros sistemas de armas, es la poca capacidad de munición que poseen las viejas cuarenta y cinco (aunque los últimos modelos de armas han solucionado en parte este problema), y sobre todo el mayor costo económico de la munición.

En el ámbito policial y de la defensa personal en nuestro país, lo considero el ideal, muy por encima de varios otros. La baja presión de trabajo propia del calibre, sumado a un arma de buena calidad, brinda al usuario policial la seguridad de tener una herramienta durable y fiable, con un proyectil que posee una buena densidad seccional, con una buena entrega de energía sobre el blanco. De moderado estampido en comparación con los calibres supersónicos, solo puede encontrarse un defecto en su fuerte retroceso, sin embargo el mismo es perfectamente manejable con el adecuado entrenamiento que todo usuario debe tener.

Para defensa, es el calibre perfecto.

A todas las cualidades anteriores, se le suma el hecho de que los siete u ocho cartuchos que contienen la mayoría de las pistolas del calibre son más que suficientes para el hipotético uso que se le dará, En un enfrentamiento difícilmente se llegue a usar el quinto tiro del cargador. Si quiere estar tranquilo y no enfrentarse a la arbitrariedad de las leyes de nuestro país, este cartucho, cargado con una punta de 230 grains de peso, constituye, a mi criterio, una excelente opción como arma de defensa.

Para tiro de precisión, dentro de sus limitaciones, el calibre es muy preciso. Las armas que disparan este cartucho, por diseño no poseen el potencial de precisión que si tienen por ejemplo, un arma de tiro olímpico. Donde sí ha encontrado una muy buena recepción es en IPSC. En esta disciplina, el producto del peso de la punta por la velocidad de la misma es determinante para competir en el llamado «Factor Mayor». El cuarenta y cinco es capaz de superar este factor con una carga estándar. Como mencione antes, junto con la pistola modelo 1911, el .45 fue el primero en utilizarse en esta modalidad pero al contener una limitada cantidad de munición en comparación con otros calibres, ha cedido paso a favor de otros cartuchos de menor diámetro y mayor velocidad.

Recarga

ELEMENTOS PARA LA RECARGA DE MUNICIÓN

Así como el .38 Special es el calibre ideal para comenzar a hacer experiencia dentro de esta actividad, considero al cuarenta y cinco, la mejor opción para comenzar a recargar calibres de pistola. Si bien la recarga en sus pasos fundamentales es igual tanto para calibres de revolver o de pistola, debemos tener en mente que por su sistema automático de alimentación, las pistolas tienden a ser más susceptibles de fallos en esta fase del ciclo de disparo que los revólveres. Es por eso que hay que poner especial atención en las medidas exteriores del cartucho terminado, tanto en su largo como en su diámetro final para asegurarnos que no se producirá una alimentación defectuosa por un cartucho mal formado.

Las bajas presiones de trabajo, y la gran capacidad de la vaina brindan una tolerancia mayor a aquellos noveles recargadores que no tengan la práctica suficiente para colocar correctamente la punta. Debido a su diseño, mediante la recarga podemos conseguir cargas con desempeños muy distintos, desde cargas para suaves tiros de precisión o esparcimiento hasta las más potentes cargas en cuanto a energía pura usando las puntas más livianas, con velocidades superiores a los 300 m/s.

El fulminante a utilizar es del tipo Large Pistol , en su gran mayoría no será necesario utilizar los del tipo magnum, salvo en caso de estar experimentando con pólvoras lentas que no son las indicadas para el calibre como explicare más adelante.

Prácticamente las paredes de la vaina son rectas (entre su base y su boca la vaina tiene una diferencia de diámetro de apenas 8 centésimas de milímetro). El largo total de la misma es de 22.81 mm. con un reborde que puede considerarse del mismo diámetro del cuerpo. La forma de la vaina permite que el die de recalibrado toque la totalidad de las paredes de la misma, produciendo un “resizing” uniforme.

En su gran mayoría el sistema de ignición utilizado en estas vainas es Berdan, lo que no las hace aptas para la recarga utilizando los juegos de dies convencionales. En principio, además de la inspección de rutina que se hace sobre las vainas antes de trabajarlas, es conveniente incluir la verificación de su sistema de encendido para evitar roturas. Las vainas Berdan pueden ser recargadas, pero la extracción del fulminante usado es engorrosa, debiendo usar algún extractor especialmente diseñado para ello.

El más usado es el tipo hidráulico que consiste en una especie de jeringa que contiene agua, la que se coloca en la boca de la vaina y se golpea para que libere el liquido que contiene. Por presión del liquido que ingresa por el oído del fulminante hace que el mismo se separe. En mi caso, yo uso una herramienta denominada “Decaping Tool”, cuyo principio de funcionamiento es similar al de un sacacorchos. El mismo consta de una púa que perfora el fulminante, y una cuña que sujeta del reborde de la vaina permite hacer la palanca necesaria para desencajar al fulminante de su alojamiento. Desde ya creo conveniente dejar en claro que a las vainas Berdan no se les puede colocar fulminantes del tipo Boxer.

En materia de pólvoras, la gama con que se puede cargar parte desde las pólvoras más rápidas para escopeta hasta las pólvoras lentas de arma corta. El segmento que mejor se comporta es el de los propelentes de quemado medio-rápido. Como en general, el volumen de pólvora a cargar será pequeño y la vaina internamente es amplia, permite alojar una doble carga sin problemas. Por ello es muy importante verificar el nivel de pólvora una vez que se haya completado el proceso de carga en el lote que se trabaja.

El diámetro nominal de la punta del .45 es de .451 pulgadas. Esto equivale a 11.45 mm.

El diámetro nominal de la punta del .45 es de .451 pulgadas. Esto equivale a 11.45 mm.

Existen gran variedad de puntas para este calibre. En general los pesos más utilizados varían entre los 185 y los 230 grains, pudiéndose encontrar puntas con pesos de 190 y 200 grains. Como la introducción correcta de la punta determinara el largo total del cartucho terminado es importante prestar particular importancia a esta operación. El largo nominal del cartucho terminado es de 32.39 mm. Sin embargo, como ya sabeis, el largo de las recamaras puede variar debido a la existencia de armas de todo tipo y en distintos estados de conservación. Es por eso que sugiero que al recargar para una determinada arma, averigüemos las medidas internas de la recamara de esta arma y tratemos de copiar las mismas con la medida de nuestra munición terminada. El otro dato a tener en cuenta para lograr este objetivo es conocer el valor de vuelo libre, para una determinada punta a utilizar. Esto permitirá que dicha punta no se asiente en recamara apoyando la ojiva sobre la estría, lo que puede generar problemas de presión.

Como el .45 carece de reborde, el asentamiento del cartucho en recamara se produce sobre el borde superior de las paredes de la vaina contra el correspondiente resalte tallado en la recamara. Por ello el cierre de la vaina sobre la punta debe ser recto, siendo la superficie de las paredes de la vaina las que hagan presión para retener a la punta. A este tipo de cierre se le denomina Tapper Crimp.

Final

En manos de soldados, policías y civiles del pasado y del presente el cuatro y medio sigue recibiendo solo alabanzas. Las fabricas más importantes del ramo siguen produciendo armas y municiones para el calibre. Frente a modernos diseños, el cuarenta y cinco sigue siendo una especie de punto de referencia con el cual compararse. La pasión con que los aficionados lo tratan solo son indicios de que a pesar de su edad, y por todo lo expuesto arriba, la vida de este viejo compañero y las armas que lo disparan tienen asegurado un futuro muy, muy largo.

Rolando MendezTexto: Rolando Mendez

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abril 30, 2014 16:45