El BOPE (Batallón de Operaciones Policiales Especiales)
Rio de Janeiro es la segunda ciudad más poblada de Brasil pero la primera en lo que se refiere a índices de violencia (73 homicidios por cada 100.000 habitantes). Durante los años ochenta, el aterrador crecimiento del crimen organizado convirtió a las favelas en bastiones del narcotráfico y ahora los delincuentes son los dueños y señores de sus calles rigiendo la vida de sus habitantes. El objetivo de la nota de hoy es que conozcáis a la fuerza de choque entrenada para combatirlos, una unidad formada por 400 hombres llamada BOPE (Batallón de Operaciones Especiales)
Asesinatos entre bandas, tráfico de drogas y armas, prostitución y contrabando, son las actividades de estos criminales de las favelas que rara vez superan los 30 años. Tanto el Gobierno Central como el de la propia ciudad de Rio se vieron avocados, hace tiempo, a tomar la decisión de combatirlos con el propósito de controlar los asentamientos, pero el precio político y humano está siendo muy alto.
El BOPE es el responsable de actuar en situaciones críticas con la potencia de fuego de una unidad militar y con acciones de guerrilla urbana escrupulosamente planificadas. Este grupo con más de tres décadas de existencia y que pertenece a la Policía Militar de Rio de Janeiro, es a día de hoy conocido en todo el mundo por su operatividad y eficacia.
Los componentes del BOPE son los únicos policías de Rio que imponen respeto a los criminales debido al dominio de las tácticas de combate urbano y a su extrema violencia. Es muy difícil salir vivo cuando te enfrentas a tiros con esta unidad de élite. Una prueba de ello fue lo que le ocurrió a un criminal que mató a un hombre para robarle el coche. Cuando abrió su cartera, vio sus credenciales, era un BOPE. Asustado abandonó el vehículo y se escondió en la favela pensando que allí estaría seguro. Pero cuando los traficantes de droga, dueños del lugar, se dieron cuenta de lo que había hecho, lo entregaron en la mismísima puerta del batallón. Estaban seguros que sus compañeros irían a buscar al asesino y sabiendo de lo que son capaces, no los querían en su territorio.
Al primer contacto con los narcos, el BOPE abre fuego sin miramientos. Es habitual que sus intervenciones se salden can varios delincuentes abatidos que sin ningún pudor son transportados en el cajón de sus furgonetas pickup.
Historia del batallón
La idea de su creación surgió en 1974 tras la muerte de Evaristo de Morales, director de la prisión Darcy Bittencourt, que fue tomado como rehén y posteriormente asesinado por varios presos amotinados que intentaban escapar. El capitán de la Policía Militar, Paulo César de Amendola, que fue testigo de la gestión de esa crisis, propuso al Comandante General la creación de un grupo de policías que fuesen entrenados específicamente para trabajar en acciones de alto riesgo, operando el cien por cien del tiempo en áreas de conflicto y preparados para enfrentarse a enemigos armados con fusiles automáticos, granadas de mano e incluso lanzacohetes RPG o armas del calibre .50.
Armas requisadas en una de las favelas. Granadas y fusiles automáticos son medios que utilizan los narcos para enfrentarse a la policía. La situación es de guerra abierta en los asentamientos.
El 19 de enero de 1978, se crea Núcleo Central de Operaciones Especiales (NuCOE), que se instaló en el Centro para el Desarrollo y Mejora de la Comunidad (CFAP). Los policías que formaban parte de este equipo eran voluntarios, dotados de una moral inquebrantable y mucha experiencia militar (Curso de Operaciones Especiales, Curso de Guerra en la Selva, Curso Contra Guerrilla, etc).
Ya en 1982, pasó a denominarse Compañía de Operaciones Especiales (COE), llegando a operar como una compañía independiente hasta que el 1 de marzo de 1991, pasó a tener entidad batallón denominándose BOPE (Batallón de Operaciones Policiales Especiales)
Proceso de selección
La unidad cuenta con un mecanismo de selección muy rígido. Para pertenecer al BOPE primero hay que ser Policía Militar del Estado de Río de Janeiro y posteriormente superar el Curso de Operaciones Especiales (COEsp). Exigencias psicológicas y físicas extremas ponen a prueba las debilidades de los aspirantes para que se vean obligados a renunciar. Solo los más aptos y comprometidos con la causa llegan a coserse la calavera en el uniforme.
La duración media del COEsp es de catorce semanas y se lleva a cabo a tiempo completo. Casi cuatro meses de instrucción por diferentes bases del país y que se reparte entre clases teóricas y prácticas con el objetivo de dotar a los alumnos de los conocimientos y el entrenamiento necesario para cumplir misiones especiales asignadas al BOPE. El programa del curso incluye el Curso Acciones Tácticas (CAT) además de otras aptitudes específicas, tales como buceo, supervivencia en la selva, montañismo, paracaidismo y explosivos.
Momento en el que el BOPE explosiona la vivienda de un narco en la favela Vila Cruzeiro. Esta construcción servía como punto de observación y hostigamiento através de unos pequeños agujeros practicados en sus paredes.
Su emblema
El símbolo del cuchillo y la calavera se adopta desde la creación de NuCOE. Estos elementos están presentes en los equipos de las fuerzas especiales de todo el mundo. El cuchillo simboliza el carácter de quien hace de su conducta un atrevimiento y el cráneo representa la inteligencia y el conocimiento, pero también la muerte.
Cuando el puñal atraviesa la calavera, se dice que simboliza la resistencia humana. El origen de esta creencia no está claro, pero algunos afirman que durante la Segunda Guerra Mundial un grupo de comandos de las fuerzas aliadas fueron a un campo de concentración nazi para liberar a los prisioneros. Al entrar en la habitación de uno de los oficiales se encontraron con los macabros «trofeos»: cráneos y huesos humanos. Fue entonces cuando un soldado en un gesto de indignación, sacó una daga de su uniforme y atravesó una de las calaveras, proclamando que, en ese momento, la vida derrotó a la muerte. Por lo tanto, el cuchillo en el cráneo significa «victoria sobre la muerte». Las pistolas son el símbolo de la Policía Militar.
Unidades del batallón
Unidad de Intervención Táctica (UIT)
Entre los ocho componentes que suelen formar los comandos de las Unidades de Intervención Táctica (UIT) hay un francotirador que cubre a sus compañeros desde posiciones dominantes, cuatro componentes avanzados armados con fusiles de asalto, botes de humo, granadas y con la pistola de fabricación nacional Taurus PT92. Finalmente otros tres policías de apoyo aseguran la posición dando protección a todo el equipo.
Unidad de demolición, Ingeniería y Transporte (UDET)
Los narcos fortifican y obstruyen con bloques de hormigón las calles de sus favelas para dificultar el acceso de la policía. La Unidad de demolición, Ingeniería y Transporte (UDET), también conocido como equipo DEMO, surgió de la necesidad de descongestionar el acceso a estas comunidades para permitir la entrada de los vehículos durante las operaciones policiales.
Francotirador perteneciente al Grupo de Tiradores de Precisión (GAP)
El Grupo de Tiradores de Precisión (GAP) está formado por funcionarios altamente especializados en el área de tiro de precisión. Los tiradores son una herramienta fundamental en la recopilación de información y la protección del resto de miembros de la unidad. Los policías que forman este grupo utilizan diferentes armas entre ellas el AR 10 que vemos en la fotografía superior.
Armamento y equipo
Los policías del BOPE, chaleco antibalas incluido, cargan con 25 kg de equipo durante sus operaciones.
Debido a las exigencias de las operaciones especiales que realizan y las armas de los delincuentes a los que se enfrentan, el armamento de los BOPE se caracteriza por una elevada potencia de fuego. Cito a continuación algunas de sus armas:
- Fusil FAL munición 7,62 x 51
- Fusil Colt M16 munición 5,56 x 45
- Fusil AR10 munición 7,62 x 51
- Fusil HK G3 munición 7,62 x 51
- Fusil HK PSG munición 7.62 x 51
- Ametralladora ligera Madsen munición 7,62 x 51
- Ametralladora ligera HK21A1 munición 7,62 x 51
- Carabina Colt M4A1 munición 5,56 x 45
- Carabina M1 calibre .30 (7,62 x 33)
- Escopeta de corredera Benelli M3
- Pistola Taurus PT 92 calibre 9 mm
- Subfusiles HK MP5 y MP5K calibre 9mm
- Subfusil FN P90 munición 5,7 x 28
- Explosivos de uso militar
- Granadas de mano
Fusil FAL
Ametralladora HK21A1
Los Caveirões
Durante las operaciones contra los traficantes, el BOPE emplea camiones, oficialmente llamados «pacificadores», pero popularmente conocidos como «Caveirões», en alusión clara a las calaveras rotuladas en su carrocería. El principal objetivo de estos vehículos, que resisten disparos del calibre 7,62 mm, es proteger la vida de los miembros y romper pequeñas barreras físicas utilizadas para obstaculizar su paso.
Tienen capacidad de hasta 11 hombres y aunque no tienen armamento propio, los policías pueden disparar sus armas através de unas pequeñas aberturas o troneras que presenta el blindaje.
Caveirão con múltiples desperfectos después de una de las incursiones en las favelas
Críticas a su manera de combatir la violencia
Aunque el Jefe del Batallón asegura que sus actuaciones se rigen plenamente por la legislación vigente, hay muchas quejas debido a la muerte de gente inocente durante los enfrentamientos con los narcos que se producen dentro de las favelas.
En el siguiente video se puede ver como la policía, desde un helicoptero, tirotea a un vehículo que se da a la fuga por las calles de uno de los poblados. Esta acción evidentemente pone en riesgo la vida de terceras personas, para estos policías “El fin justifica los medios”
La Universidad de Derecho en Nueva York, los acusó sin tapujos de realizar ejecuciones extrajudiciales, e incluso de falsificar pruebas después de supuestos errores en los que murieron varios inocentes a los que trataron de incriminar por tráfico de droga.
Los críticos no dejan de incidir en su violenta manera de actuar, a veces desacertada, como el caso del secuestro del autobús 174 en Río de Janeiro, donde la profesora Geisa Gonçalves terminó siendo asesinada. El secuestrador del autobús, Sandro do Nascimento, murió en circunstancias poco claras, minutos más tarde mientras era trasladado después de su detención. Aunque el gobierno intento tapar el asunto, la investigación judicial carioca determinó que Sandro murió víctima de asfixia por parte de los policías que lo custodiaban.