Escopeta contra vehículo, todas las claves. Este año durante mi participación en la Semana Táctica Solidaria realizada en Algeciras (Cádiz) he tenido el honor de impartir un taller (muy ajustado en su duración por cuestiones de tiempo) dedicado al manejo de la escopeta en modo defensivo en el que expliqué mis diferentes teorías a los asistentes, que espero quedasen satisfechos dentro de las limitaciones.
Además, el taller me permitió realizar una serie de pruebas balísticas que son el origen de este artículo y que de la misma manera espero que ahora les resulten interesantes a ustedes.
Recordando…
En mi artículo anterior “Distancias de uso de escopeta defensiva” (https://www.stockarmas.com/distancias-de-uso-de-la-escopeta-defensiva/) ya expuse unos breves datos relacionados con la munición recomendable para ser usada defensivamente en este tipo de armas y también sobre las distancias más apropiadas de uso.
Haré un breve resumen de aquellos comentarios:
Con fines defensivos, sólo si no disponemos de algo más contundente y a muy corta distancia (0-7 metros) pueden ser empleados los cartuchos de perdigones especialmente si tienen una carga elevada, un diámetro suficiente y sabiendo que tienen una lesividad y capacidad de penetración muy limitada.
Teniendo en cuenta lo anterior, y debido a que producirán la incapacitación del agresor en menos tiempo se prefieren las opciones más contundentes que nos ofrecen las postas y balas. Sobre las postas, claramente la opción más adecuada, hay que tener presente que unas postas grandes (00) en cartuchos 12/70 sitúan sólo 9 bolas de un grosor considerable en el aire, pero si seguimos tendencias policiales USA y empleamos ocasionalmente postas de menor diámetro (0, 1 ó 2 por ejemplo) o cartuchos más largos o con menos carga propelente (rotulados a veces como “Law Enforcement”) situamos en el aire 12, 16 ó 21 postas.
A igualdad de tamaño de posta, la longitud del cartucho también es determinante en cuanto al contenido: Las postas 00 Buck en cartuchos 12/70 contienen 9 bolas y las mismas en cartuchos 12/76 serán 12 bolas.
Respecto a las balas es preferible elegir una que sea deformable (tipo slug frente a Brenneke o sabot) puesto que en un uso defensivo nos va a importar menos la precisión y la distancia a alcanzar y más el “golpe” que dé el proyectil.
Proyectil calibre 12 tipo slug
En el mismo artículo mencionado anteriormente mostré unas imágenes que correspondían a varias siluetas a las que había disparado con cartuchos de 12/76 en posta 00 (12 bolas) a diferentes distancias y de las cuales podíamos deducir la distancia más óptima para poner a cero los elementos de puntería de nuestra escopeta, estableciendo un servidor la distancia de unos 20 m como la ideal.
Una vez realizado este pequeño recordatorio, pasemos a tratar los efectos que tienen las municiones de escopeta en los vehículos
Las victimas
Las pruebas se realizaron sobre puertas sueltas de vehículos marca Renault, Seat y Ópel, colocadas verticalmente. También se hicieron disparos contra dos vehículos, un Volvo 740 y un Opel Astra de la primera generación (ambos vehículos fabricados en los años ’90 del siglo pasado)
Los coches fueron colocados siguiendo el esquema adjunto, paralelos y separados entre si por una distancia de alrededor de 1 m de modo que sus puertas quedasen enfrentadas.
Los disparos se hicieron siempre desde una distancia de unos 5 m y en sentido perpendicular a las zonas de impacto, azul las postas y rojo las balas.
Se puede añadir como curiosidad o dato de interés, que el espesor de la chapa de acero empleada en la fabricación de un vehículo varía según el lugar donde se vaya a emplear, oscilando entre los 0’6, 0’8, 1, 1’2 y 1’5 mm para elementos no estructurales como puertas, aletas, capó, maletero, etc. y los 2’4 mm en elementos estructurales (chasis por ejemplo). Por supuesto, todo varía entre marcas.
También sufrieron disparos una serie de lentes de policarbonato de gafas marca ESS (ICE y Profile NVG) aportadas por la empresa TEYDE Tecnología y Desarrollo.
Municiones
- Cartucho de perdigones: Se hicieron disparos empleando cartuchos de la marca RC Romagnola de 12/70 en 32 g de peso y con perdigón de plomo de 7 ½ (2’4 mm de diámetro).
- Cartucho de postas: Los cartuchos utilizados fueron todos de 12/70 de la marca Río y cargados con posta 00 Buck, conteniendo estos 9 bolas de 8’65 mm de diámetro y un peso de carga proyectable de 34 g.
- Cartuchos de bala: Se emplearon 5 tipos diferentes de cartuchos de 12/70:
- Río Brenneke, cargado con un proyectil de ese tipo de 32 g de peso.
- Remmington Slugger, cargado con un proyectil de tipo Slug de 28 g de peso.
- Solognac Slug, cargado con un proyectil de tipo Slug modificado (más macizo que un Slug convencional) de 28 g de peso.
- Sauvestre BFS, cargado con proyectil de tipo subcalibrado “sabot” de 26 g de peso.

Proyectil Brenneke
Recargadas (2 cartuchos) con proyectil tipo Slug modificado (más macizas de lo habitual) fabricado con turquesas para escopeta. Los pesos rondaban los 30 g.
Se puede añadir que el proyectil Brenneke tiene la mayor parte de su peso (es casi maciza) en la parte delantera del mismo y presenta estrías externas que la hacen girar en el cañón para estabilizarla en su trayectoria. En su base tienen un taco de fieltro para sellar el paso por el cañón y sus puntas son generalmente chatas o redondeadas.

Bala tipo Slug
La bala tipo Slug es una bala hueca terminada en punta redondeada que dispone también de estriado exterior. Es una bala más deformable que la anterior al ser hueca y también es más ligera.
Los proyectiles subcalibrados empleados (en este caso el Sauvestre BFS) están constituidos por un cuerpo de plomo que lleva unas aletas de plástico para estabilizarlo en su trayectoria. Este proyectil es de menos diámetro que el cañón y va envuelto en unas carcasas que le aportan el diámetro que le falta para ajustarse al mismo. No es un proyectil que sea específicamente deformable como el anterior (es macizo).
Proyectil subcalibrado Sauvestre
Municiones
Teniendo en cuenta las características de los proyectiles empleados y dejando volar un poco la mente, somos capaces de intuir cuál de ellos atacará de forma más contundente los materiales empleados como objetivos.
Perdigones contra lentes:
Empezaremos a describir los resultados obtenidos en las lentes de protección ESS. Estas sufrieron los impactos de los cartuchos de perdigones RC Romagnola 12/70 32 g (7 ½-2’4 mm) desde una distancia de unos 5 m. Las lentes están fabricadas en policarbonato de 2’4 mm de espesor (ESS ICE) y de 2’8 mm (ESS Profile NVG) y fueron situadas sobre un soporte para mantenerlas enfrentadas verticales y perpendiculares al arma.
Impacto de los perdigones en las gafas balísticas ESS ICE.
Resultado de la prueba en las gafas ESS Profile NVG.
Los disparos se hicieron un poco bajos para evitar que el taco y el conjunto de perdigones golpeasen directamente a la lente ya que en una ocasión anterior se realizó esta misma prueba y el impacto de este hizo que la lente se fracturase en dos. En esta ocasión los tacos y parte de la carga de plomo golpeaban justo bajo la lente, impactando en esta una buena cantidad de perdigones. Se puede añadir que el fabricante da unos 320 m/s de velocidad en boca a esta munición, por lo que a esa distancia de 5 m poco se pudo reducir esta.
Las imágenes muestran el estado en el que han quedado las lentes. En ninguna de ellas los perdigones llegaron a atravesarlas, quedando deformada la lente ESS ICE tras el impacto, ligeramente aplanada.
Como se puede ver, la cantidad de perdigones que han impactado en cada lente es generosa, aproximadamente 100-120 de media en cada una (los he contado).
Imagen izquierda: Si le damos la vuelta a una de las lentes ESS ICE (2’4 mm) vemos que los impactos de los perdigones apenas asoman por la parte posterior, no abultando algunos de ellos ni 0’5 mm.
Perdigones contra vehículo:
Empleando el mismo tipo de cartucho pero esta vez apuntando contra la puerta de un vehículo Seat (espero no equivocarme en las marcas porque es el único dato que no apunté) y manteniendo la distancia de 5 m se hizo un único disparo perpendicular a la puerta que produjo los efectos esperados que se ven en la siguiente imagen:
Empleando el mismo tipo de cartucho que antes, todos los perdigones impactaron y abollaron la puerta, creando una depresión hacia dentro de quizás 1’5 cm en la zona más profunda.
Igualmente se puede ver en la imagen anterior que el taco que contiene los perdigones ha impactado en la puerta y, al no haber liberado toda la carga, ha creado una marca circular siendo esta la zona más profunda de la abolladura. Ninguno de los proyectiles logró traspasar la puerta.
Postas contra vehículo:
Se emplearon cartuchos de posta 00 (9 bolas de 8’65 mm) marca Río Royal Buck 12/70 34 g desde una distancia de unos 5 m. Estos cartuchos proporcionan (según el fabricante) una velocidad en boca que ronda los 410 m/s y una energía de unos 325 Kgm. Con estos datos se intuían los resultados.
Se hicieron dos disparos aislados contra puerta de vehículo marca Renault, uno directamente sobre la chapa y el otro colocando sobre esta un viejo chaleco de protección de nivel NIJ II (NIJ 0101.06, resistencia hasta calibre .357 Magnum).
En el primer caso todos los proyectiles 00 traspasaron la chapa de la puerta sin problemas formando una agrupación de unos 5 cm. Algunos traspasaron el recubrimiento interior, y otros no lo lograron hacer tras impactar con los refuerzos interiores de la puerta.
En el segundo caso, interponiendo un chaleco de protección balística de nivel II, los proyectiles no traspasaron dicha prenda pero crearon un trauma considerable en la chapa de la puerta. La depresión que formaron los proyectiles en la chapa del vehículo alcanzó algo más de los 3 cm de profundidad, lo cual indica que el trauma a una persona protegida por un chaleco sería considerable.
La prueba finalizó mostrando a los asistentes como quedaría una puerta a la que se disparan una cierta cantidad de cartuchos de este tipo, imaginando que esta situación podría darse en un vehículo patrulla. Para ello se hicieron a la misma distancia de 5 m un total de 4 disparos en velocidad rápida (el “malo” os quiere acribillar) contra la puerta delantera de un vehículo Volvo 740. Interiormente se colocó un panel de MDF de 3 mm de espesor.
El resultado se puede ver en la imagen: un total de 36 impactos que desgarran la puerta. La mayoría de los 36 proyectiles traspasan la puerta completamente y se incrustan en el sillón del conductor y del acompañante, destrozando el panel de MDf que estaba situado interiormente.
Se puede suponer el estado en el que quedaría una persona situada en el interior del vehículo.
Balas contra vehículo:

Efectos de las balas de escopeta
Como se ha comentado anteriormente, se efectuaron disparos con munición 12/70 de varias marcas y tipos de proyectil (Slug, Brenneke, sabot, etc.), pesos entre los 26 y los 32 g y siempre desde una distancia de unos 5 m. Según los fabricantes, estos cartuchos proporcionan velocidades en boca de alrededor de los 320-400 m/s y una energía de hasta 350 Kgm. También se pueden imaginar los resultados a la vista de estos datos.
Se hicieron dos disparos iniciales con cartuchos Remington Slugger (Slug 28 g) contra la puerta de un vehículo, en los cuales se interponía en uno de los disparos un chaleco balístico de nivel II. En la imagen expongo los resultados rodeados de color verde y rojo.
El primer proyectil (verde) atravesó sin problemas la puerta y se incrustó en el talud de tierra posterior; se da la circunstancia que el disco plástico posterior que separa proyectil de pólvora propelente también impactó contra la puerta haciendo una abolladura circular bajo el impacto del proyectil (abajo a la derecha).
Cuando se interpuso el chaleco de protección y se hizo el disparo, el proyectil atravesó la capa colocada por el exterior de la puerta, atravesando a continuación la puerta (rojo) y siendo detenido en el otro lado por la capa posterior del chaleco. La imagen muestra el proyectil recuperado.
Se puede añadir que el orificio causado por el proyectil tras atravesar el chaleco es de aproximadamente 1-1’5 cm más de diámetro respecto al proyectil disparado directamente.
Pasamos a los vehículos. La disposición “curiosa” de estos en el campo de tiro obedecía únicamente a tratar de averiguar cuál de ellos poseía mayor capacidad perforante; vamos, averiguar cuál de ellos traspasaría los dos coches. Y hecha la presentación de los proyectiles a los concurrentes, estos se inclinaban por el proyectil Brenneke o el sabot al ser estos macizos o bien presentar más masa.
Los disparos se hicieron tomando como referencia una línea ligeramente inferior al borde de la ventanilla, para evitar que tocasen sillones, etc. Igualmente los vehículos carecían de cristales en sus ventanas, que ya habían sido fracturados en ejercicios anteriores. La imagen muestra los orificios causados por los tres proyectiles que más perforaron y de los cuales pasamos a analizar los resultados uno a uno.
El proyectil Brenneke (Río 32 g, rodeado en verde) fue el que más diámetro causó en la puerta. Este proyectil atravesó el primer vehículo de lado a lado, atravesando la primera puerta del segundo vehículo y perdiéndose en su interior. Se supone que alguno de los refuerzos interiores de la puerta variaría la trayectoria y ocasionaría su pérdida. Añadir que si se seguía la trayectoria de los diferentes puntos de entrada y salida, esta era descendente.
El proyectil Slug de Solognac (28 g, color amarillo) obtuvo los mismos resultados prácticamente que el Brenneke y tuvo el mismo final, quedando desaparecido en el interior del segundo vehículo. Los diferentes orificios ocasionados en su avance también presentaban una trayectoria descendente.
El proyectil Slug de Remmington (28 g, color rojo) fue el que tuvo el comportamiento más sorprendente ya que todos los asistentes pensaban que al ser hueco se deformaría y perforaría menos. Este, junto con el proyectil sabot, fue el que menos orificio de entrada ocasionó, sin embargo fue el único que perforó los dos vehículos en una trayectoria sensiblemente recta (tendente a ser ascendente), ya que salió del segundo vehículo justo por el marco de la ventana.
El primer vehículo fue atravesado prácticamente en línea recta, ocasionando un agujero de salida de este de casi el doble de su diámetro. En el segundo la trayectoria fue ascendente.
El proyectil BFS de Sauvestre (subcalibrado “sabot”, 26 g) tan solo perforó una puerta del primer vehículo, fragmentándose en su interior. Los resultados que se obtuvieron con los proyectiles fabricados con turquesas (tipo Slug también, de unos 30 g) fueron similares a los que se obtuvieron con el Slug de Solognac.
Conclusiones
Se puede afirmar que las lentes de protección de las gafas ESS probadas ofrecen protección ante impactos ligeros, como los ocasionados por los perdigones, esquirlas, etc.
Se ha comprobado que la lente aguanta perfectamente un impacto a corta distancia de la munición empleada; otra cosa diferente es el estado del rostro de la persona que portaba las gafas.
Tras exponer las imágenes, el lector debe entender que es muy recomendable que emplear gafas de protección balística en sus intervenciones y sesiones de tiro.
Los perdigones no traspasan la puerta de un vehículo como norma general, por lo dentro de un vehículo se puede permanecer a cubierto de este tipo de munición salvo que los impactos se produzcan en los cristales.
Las postas traspasan la chapa de un vehículo con facilidad, acribillando a la persona que esté en el interior; lo mismo ocurre con las balas.
Tanto las postas como las balas se deforman al impacto, con lo cual su diámetro se aumenta y por tanto los daños que causa se convierten en mayores: una posta 00 de 8’65 mm de diámetro que ha traspasado una puerta ha causado un orificio de unos 12 mm en la plancha de MDF que se colocó en el interior del vehículo.
En el caso de disponer únicamente de cartuchos de perdigones existe un modo de “fabricar” una bala improvisada con la que actuar contra un agresor parapetado.
Para ello se debe efectuar la solución poco aconsejable y conocida de cazadores antiguos: “recortar” el cartucho. Esto se hace haciendo tres cortes en el cartucho creando una línea de ruptura y dejando entre ellos unos tramos sin cortar de 3 ó 4 mm para evitar que el cartucho se desmonte. Al hacer el disparo se fractura el cartucho y sale proyectada la parte superior del mismo, formando un conjunto parte de la vaina superior, la carga de perdigones y el vaso contenedor de los mismos.
El corte se realiza apretando el cartucho longitudinalmente para localizar la parte del fuelle del vaso contenedor de los cartuchos (imagen adjunta, espacio entre las líneas azules). En esa zona se hacen los cortes que definen esa línea de ruptura.
Sin embargo, insisto, es desaconsejable hacer esto ya que el disparo crea una sobrepresión peligrosa para la seguridad del arma y del tirador. Si uno toma un cartucho completo y lo intenta introducir por la boca del cañón se dará cuenta que no cabe, por lo que si se dispara se está forzando a que algo que no tiene un diámetro adecuado pase por ese lugar. El arma queda expuesta a un reventón o a deterioros graves; y el usuario también.
Tras haber efectuado estas pruebas, y en el caso de necesitar emplear un vehículo como parapeto ante un agresor provisto de una escopeta, se puede afirmar que se deben buscar las áreas del mismo que proporcionen una protección adecuada: ejes de ruedas y compartimento del motor fundamentalmente.
Agradezco a Germán Zugasti, a Ricardo Ferro y a TEYDE Tecnología y Desarrollo la cesión de las imágenes para efectuar este artículo.
Texto: Arturo Mariscal Rubial
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